USO APROPIADO DE LOS MEDICAMENTOS 

Con la educación en salud y en tratamientos farmacoterapéuticos aunados al animo de generar estilos de vida saludables, se crea la necesidad de sensibilizar al público en lo que se refiere al uso apropiado de los medicamentos, aunque el papel desempeñado por el prescriptor en el fomento del uso racional de los medicamentos es importante, no puede ignorarse el paciente, ni tampoco el contexto cultural dentro del cual se elige la terapia. Los conocimientos, actitudes y educación del público en lo que se refiere a la etiología y el tratamiento de las enfermedades constituye determinantes críticos de la decisión de recurrir a la asistencia sanitaria, de la elección del prestador de dicha asistencia, del uso de los medicamentos y del éxito del tratamiento.

Los pacientes participan activamente en el encuentro terapéutico y en el tratamiento. Es el propio paciente quien decide si seguir adelante con un tratamiento o dejarlo, una elección que con frecuencia está influido por las opiniones de la familia, los amigos íntimos y la comunidad. En muchos países en desarrollo la decisión terapéutica puede movilizar una red social colectiva total de conocimientos y experiencias. Antes de elegir por sí mismas el aceptar un tratamiento, las personas adoptan una serie de decisiones:

Una vez que han decidido que se necesita ayuda, las personas eligen donde ir a buscarla: a un hospital, a un centro de atención primaria de salud, a un médico privado, a un farmacéutico, a un vendedor comercial, a un curandero, a un paciente o a cualquier otro miembro de la comunidad. Pueden decidir, equivocadamente o no, que los síntomas carecen de importancia o que conocen suficientemente bien el tratamiento requerido y por tanto pueden cuidarse a sí mismos, bien sea utilizando un producto farmacéutico moderno o un remedio tradicional.